jueves, 29 de abril de 2010

Mato por ello.

El balanceo triste de las pestañas en tus ojos,
que no me lo recuerden, que mato por verlo.
El sonido de tu risa con la cosa más estúpida,
que no me lo recuerden, que mato por oírlo.
Tus ojos redondos sorprendidos,
que no me los recuerden, que mato por recordarlos.
Tus cariños en mi espalda a última hora,
que no me los recuerden, que mato por sentirlos.
Tus respuestas a mis preguntas jamás hechas,
que no me lo recuerden, que mato por saberlo.
Tu estado de antención ante algo desconocido,
que no me lo recuerden, que mato por contemplarlo.
Tu nombre gritado por todos los rincones,
que no me lo recuerden, que mato por chillarlo.
Tus consejos sinceros en cada uno de mis tropiezos,
que no me los recuerden, que mato por escucharlos.

sábado, 10 de abril de 2010

Se acabó!

Se acaba...
Se acabó lo que se daba.