sábado, 21 de enero de 2012

La verdadera magia.

Después de todo, entre desempleo, boletines de notas llenas de suspensos, esfuerzos en las bibliotecas, matrimonios de apenas unos meses y vida humilde, se sale con ilusión. Y aunque ni si quiera la equipación fuera de la misma, todo tenía tanto glamour como un gran equipo de primera. Las ganas hacían que todo reluciera como el oro, regates perfectos, manos a la cara para esconder el sufrimiento, goles imposibles y porteros nerviosos. De las botas viejas salía la verdadera magia que hace que se disfrute.