lunes, 14 de noviembre de 2011

Batallas.

Que nadie la preguntara por su estado de éxtasis en ese momento, nadie podía solucionar la discusión interna que tenía lugar en su cerebro: sí, pero realmente no merecía nada. No merecía que le diera vueltas a sus palabras, ni que escuchara cuando tratara de darle celos con otros nombres femeninos, ni cuando la sonreía escondiendo sus ojillos tiernos detrás de aquellas gafas de sol. Tampoco quería saber nada de él, pero se preocupaba tanto... Esa actitud de, como decían en ese barrio, "chulo-playa" era una adicción, una adicción tan seria que, tener el sindrome de abstinencia era decir poco para describir lo que ella sentía. Una batalla de recuerdos sucedía en su interior: las largas estancias en aquellas mesas verdes venian como una caballería pesada, trotanto desde la leganía, y parecía que no se cansarían nunca de luchar para ganar, pero los besos a otras llegaban en tanques , y todo lo demás se hechaba para atrás, aquella proposición matrimonial llegaba como el gran Napoleón, pequeña pero de gran importancia, pero al fin vencida. Aquello era incluso peor que la famosa guerra de los cien años. Y sólo habían pasado diez meses.

martes, 1 de noviembre de 2011

En la madrugada.

En la madrugada, no se oye nada, solo algún coche arrancando o algún trabajador que sale pronto de su casa. Allí no, allí no se oía nada, todo estaba completamente a oscuras. De repente, algo como un susurro me distrajo e hizo que me concentrara en él. Un susurro suave, ya no me acordaba de quién tenía a mi lado. Era su respiración mientras que estaba en brazos de Morfeo. Qué trierno sonido, qué bonito era.